Flor Álvarez, la cantante que hizo del subte su escenario personal

Un mágico viaje desde las entrañas de la ciudad hasta el corazón del público.

«Estoy muy emocionada, hace seis meses que no pisaba el subte, que no pasaba por aquí», comenta Flor Álvarez con una sonrisa nostálgica en su rostro mientras desciende las escaleras de la estación San José de Flores, junto a algunos integrantes de Billboard Argentina para realizar esta entrevista. Para ella, las estaciones de subte de la ciudad de Buenos Aires no son simples lugares de tránsito sino que representan el punto de partida de su carrera musical; espacios que acogieron sus primeros acordes.

Nacida en el conurbano bonaerense, la cantante enfrentó una infancia llena de desafíos. Creció en un hogar donde la estabilidad y los recursos eran escasos, en un entorno donde cada día era una lucha por la supervivencia. Sin embargo, los obstáculos no lograron apagar su espíritu resiliente y la adversidad se convirtió en el combustible que nutre su pasión por el arte. Desde temprana edad, encontró en la música un refugio, una forma de expresar sus emociones y reflejar su realidad.

Influenciada por una variedad de géneros musicales, desde el rock hasta la cumbia, Flor comenzó a nutrir su talento desde muy joven, adquiriendo una riqueza y versatilidad únicas. Decidida a seguir su pasión, y apadrinada por El Turco,  cantante callejero que la descubrió mientras ella trabajaba en atención al público en una panchería, la invitó a cantar en los subtes de la línea A de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí, frente a una audiencia heterogénea y siempre cambiante, la artista afinó su arte y desarrolló una conexión íntima con su público.

Cada interpretación era una nueva oportunidad para compartir su música y su historia. Flor solía cantar diferentes géneros para captar la atención de los pasajeros, y esa experiencia le permitió desarrollar una gran flexibilidad y creatividad en su música. A pesar de las dificultades, sus días cantando en el subte y en las calles de la gran ciudad fueron cruciales para su crecimiento como artista.

Este arduo camino desde las calles hasta los escenarios más reconocidos culminó en un momento decisivo: el 18 de octubre de 2023, el día que lanzó su primer EP titulado Etapas. La publicación de este trabajo no sólo consolidó su presencia en la escena musical, sino que también atrajo la atención de destacados productores y artistas. Dos meses después, su colaboración con el reconocido productor y cantante Fer Vázquez en la canción «Sin querer» se convirtió en viral, batiendo récords en YouTube y afianzándola como estrella en ascenso.

El 30 de agosto, junto a Vázquez, Flor se presentará por primera vez en el Teatro Coliseo y el 4 de noviembre será la encargada de cerrar la Bienal de las Esculturas en Río Gallegos, un evento que destaca por su creciente influencia en la música argentina. Esta oportunidad refleja el reconocimiento de su talento por parte de la comunidad artística y su capacidad para llevar su música a nuevas audiencias. Además, estrenó recientemente junto a Ráfaga la canción “Otra Oportunidad”.

En una conversación sincera con Billboard, Flor expresó su asombro y gratitud por las oportunidades que recibió, reflexionó sobre el rápido ascenso en su trayectoria y compartió la emoción de colaborar con artistas que admira.

¿Cómo fue tu primer contacto con la música?

Me acerqué mucho a la música gracias a Cris Morena y sus novelas. Me encantaban sus canciones y sentí una conexión especial con ella porque frecuentemente mencionaba a los chicos huérfanos y de hogares sin familia, una situación con la que me identifiqué ya que no tuve familia de pequeña. Encontré un gran apoyo en mis hermanos; ellos eran mi familia. Siempre entendimos que, con o sin padres, éramos una familia porque la familia la construye uno mismo. Después nos adoptaron y aprendimos que los lazos sanguíneos no siempre son los más fuertes al formar una familia; siempre entendí y valoré eso.

Un día estabas trabajando en una pancheria y conociste a tu primer padrino musical …

Si, apareció en mi vida el Turco, quien me invitó a cantar en el subte y a trabajar en lo que realmente me gustaba. Yo trabajaba en una panchería y él solía venir a comer por la tarde. Siempre le preparaba un pancho y lo reconocía, aunque no era muy conversador. Yo siempre intentaba ser simpática y sacar una sonrisa a la gente. Un día, vino con una guitarra y le pregunté si quería tocar una samba. Me miró y me preguntó si yo cantaba. Le dije que no por vergüenza, pero mis compañeros me delataron. Así que tuve que cantar, a él le gustó cómo lo hice y me invitó a trabajar en el subte. Al principio, me ponía muy nerviosa cantar frente a la gente, no sabía bien cómo manejar la situación. Subí, canté y cuando pasé la gorra, simplemente caminé y acepté lo que me daban. Aunque el primer día fue difícil, también fue una experiencia linda. Con el tiempo, fui ganando confianza y me sentí más cómoda.

¿Cómo era la recepción del público del subte?

Me ha pasado un par de veces que alguien se levantaba y se iba a otro vagón, mirándome con desaprobación. En esos momentos, me dirigía a los demás pasajeros diciendo: «Perdón, no era mi intención molestar». Siempre dejaba claro que mi objetivo no era incomodar a nadie, sino simplemente hacer mi trabajo. Cuando había personas mayores cerca, solía preguntarles si la música alta les molestaba, y si era así, me movía a otra parte del subte para no incomodar.

Por lo general, cantaba canciones que me gustaban, ya que tengo un gusto muy variado debido a la diversidad musical en mi familia. Escuché de todo: música en inglés, rock, pop, retro, cumbia. A la hora de subirme al subte, trataba de adivinar qué música podría gustarles a los pasajeros. Si veía un grupo de chicas estilo hippie, pensaba: «Acá canto Julieta Venegas». Si había gente mayor, optaba por algo de Pappo, y si eran personas de mi edad, elegía canciones de María Becerra. Buscaba siempre una canción que pensara que la mayoría disfrutaría, y generalmente acertaba, ya que la gente cantaba y parecía disfrutar.

¿Cómo te sentís con todo lo que está pasando con tu carrera?

Todo esto me emociona profundamente, vivo cada momento intensamente. La música significa todo para mí; me ha acompañado en muchos momentos y admiro a muchísimos artistas. Poder colaborar con ellos o que me reconozcan es una locura para mí, porque los sigo y admiro sus carreras, sus canciones y las composiciones de sus letras. Todo esto es simplemente increíble.

No podemos omitir a tu gran artista aliado, Fer Vázquez …

Fer es mi cómplice, nos tatuamos juntos. A veces, cuando hago videollamadas con él, me cuesta creerlo y pienso: «¿Qué hago yo en llamada con Fer Vázquez?». Somos muy amigos. Cuando Rusher me habló por primera vez también fue una locura, ya que lo admiro muchísimo. Recuerdo que le dije: «Me encanta tu música». Sus letras son hermosas y tiene una voz increíble. Es muy loco poder tener cercanía con alguien a quien admiras tanto.

¿Cuándo nacieron  tus primeras canciones? ¿Dónde quedaron?

Mis primeras canciones no están publicadas o, si lo están, nadie sabe dónde encontrarlas. Escribía sobre mi vida, las cosas que me pasaban y sentía. Empecé a escribir a los 15 años, cuando estaba en un hogar y escribir era mi manera de desahogar todas mis emociones y sentimientos. Hoy en día, lo que escribo no necesariamente tiene que ver conmigo o con lo que siento. Ahora hago música para que la gente se sienta identificada, para que encuentren en una letra sentimientos que puedan atravesar con la música.

¿Qué sentiste cuando grabaste tu primer videoclip  en Plaza Flores?

Sentí un torrente de emociones encontradas. Me resultó muy difícil estar ahí porque dejar el subte me costaba mucho. Realmente no quería dejarlo, pero entendía que era un paso positivo para que, en el futuro, el escenario no fuera el subte sino uno más grande y con más gente que viniera a escucharme. Siempre sentí el subte como mi hogar. Nunca la pasé mal ni me sentí triste allí; al contrario, lo veía como un espacio terapéutico. A veces tenía problemas familiares y de mi vida cotidiana, pero cuando iba al subte me olvidaba de todo y era mi refugio mágico. Cada vez que paso por un subte y veo la entrada, siento algo especial; siempre será parte de mi vida y de mi corazón.

¿Te da tiempo para disfrutar de todo esto siendo que de golpe tu carrera dió un vuelco?

Siento que todo ha pasado muy rápido. Ya estamos entrando en agosto y todo esto comenzó en octubre del año pasado! Desde entonces, tuve mi primer teatro, toqué en el Antel Arena en Uruguay, voy a tener un show con Fer, he tenido seis colaboraciones y tengo muchas más colaboraciones soñadas guardadas. Conocí otro país, recorrí el mío y pronto conoceré otro nuevo. Han sido muchas cosas en muy poco tiempo y, aunque todo pasó rápidamente, disfruté cada momento. Es increíble: los hoteles, los baños, los paisajes, la ruta, los viajes y la banda que armamos. Al principio tocábamos con un formato DJ, pero ahora tocar con una banda en vivo es hermoso.

A veces siento que mi vida es una película, una aventura constante. Estar aquí hoy, haciendo una entrevista para Billboard es surreal. Estoy muy agradecida, de verdad. Muchas gracias por la invitación. A veces siento que no termino de asimilarlo, como si todo fuera natural porque se convierte en una rutina diaria de «soy artista y tengo que hacer esto y aquello». Pero siempre recuerdo de dónde vengo, dónde empecé y cuánto me costó llegar aquí. Estoy muy feliz.

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